jueves, 3 de julio de 2008

“Me han hecho ceramista y escultor, yo iba por otro lado” Rodo Padilla, escultor y ceramista


Caminar por la calle Progreso de Tlaquepaque es cosa para muchos de diario, para otros, los turistas, es conocer y para algunos es regresar a sus raíces.
Al llegar numero 290 de esta calle todo parece normal, sin embargo el cruzar la puerta es adentrarse al mundo de la creación, de la cerámica y la escultura.
“Ah que fresco esta aquí” comentamos “es que estamos acá – dice una empleada – pero allá al fondo es un calor insoportable, están los hornos de alta temperatura trabajando”.
Mientras tanto vestido con una bermuda beige y una playera azul marino con su nombre impreso Rodo Padilla nos espera con una gran sonrisa, a la par una trabajadora limpia y empaca cuidadosamente obras de este artista y otros al final del pasillo pintan, crean y hornean esculturas.
Ya dentro de la oficina al preguntarle a Rodo como se define comenta “soy una persona normal, que disfruta la vida sin mayores cosas, ríe, no me siento atado, no me siento esclavo, me siento muy libre gracias a Dios, me siento muy tranquilo, muy a gusto, muy lleno de amor…”
Y eso se refleja en su oficina que llena de cuadros y esculturas a medio terminar, fotos por aquí y por allá, un colage, un recorte, libros, sobres y una agenda resalta su obra más preciada, su familia, “me siento feliz de la vida, de tener una familia con mi esposa y mis hijos, 2 varones de 15 y 12 años y una niña de 10”.
Todos nacieron en medio de este mundo de creatividad al igual que él, “tengo 26 años ya de fondo en este oficio sin embargo es una herencia a través de mi papá, aunque yo la deseché al principio, osea yo crecí en esto y después lo dejé, lógico de chico no te gusta y te quita de divertirte, por decirlo así, lo tenía que hacer a fuerzas y luego regrese ya través del estudio pero mi papá cuando yo nací ya tenía el taller de cerámica hace 55 años, mi mamá le ayudaba y todos (5 hermanos) éramos chicos pero ya trabajábamos, yo deje de hacerlo cuando termine mi carrera”.

Yo iba por otro lado, me han hecho ceramista y escultor…

La vida lo regreso a la cerámica pues a pesar de negarse, su afán por viajar lo puso de vuelta en sus raíces a través de la experiencia “yo en realidad no quería regresar a la cerámica pero mi afán de aventurar, disfrutar y viajar me llevo a ir de mochilero muchos años” al graduarse de Ingeniero Industrial por la Universidad de Guadalajara decidió hacer especializaciones sobre ingeniería cerámica “una de mis experiencias más fuertes es haberme ido a Japón, no por ser o estudiar ingeniero cerámico sino por viajar, vi esa oportunidad y la tomé”, la idea de viajar cambió el rumbo de su vida, pues al regreso de Japón volvió a tomar su maleta y se fue a Italia a estudiar escultura cerámica en el instituto Estatal D´Arte Per pero no por voluntad sino por error “fue más por voluntad de Dios, me equivoqué al inscribirme en un curso de escultura y yo me quería cambiar pero no había lugar, ya entonces tuve que estudiar escultura lo cual luego me fascinó, la verdad es que yo no quería, yo iba por otro lado y entonces me han hecho ceramista y me han hecho escultor…”

El tiempo lo dirá

Al preguntarle si uno de sus hijos seguirá la tradición familiar responde “yo creo que sí, puede ser, ahorita están chicos y por ejemplo mi papá el que menos pensó que siguiera su camino es que fuera yo, y yo soy el único que lo seguí, somos 3 hombres y 2 mujeres y sabes le hubiera apostado a cualquiera menos a mi, yo empece a los 26 años en la cerámica y después en la escultura, pero no se que vaya a pasar el tiempo lo dirá”, hasta el momento su pequeña Sandra de tan soló 10 años ya se pasa horas trabajando y pintando a decir de Rodo es muy creativa “definitivamente mi hija es la que tiene más sensibilidad y le gusta, los niños son típicos les gusta el fútbol, el deporte y la vagancia”.

El paso de los años…

Con el taller de su padre empezó la tradición, ahí creaban tazas, platos y floreros, sin embargo en sus viajes empezó a crear cosas diferentes sus raíces afloraron y “me salió lo mexicano más fuerte, risas, pensé en que tenía que transmitir lo que soy mis raíces en cuanto a cultura, ahí empecé a hacer cosas distintas tratando con la mexicanidad, tome el carácter de volúmenes fuertes” sin embargo no fue fácil pues a su regreso a Tlaquepaque vivió una situación difícil, su taller entro en época muy mala se mantenía de tazas y cosas para comercio pero no era suficiente y fue cuando le aposto a las figuras chicas basadas en la geometría con carácter alegre, jovial, como es el mexicano” su principal reto a partir de esa época fue mantenerse de esas creaciones.
En 1992 aún no tenía su sello distintivo, los gordos, sin embrago ya tenía esculturas que desarrollo en Italia con el concepto de volúmenes tipo chico y grande, cabezas chicas pies grandes y el cuerpo chiquito, o como se le “venia antojando” a decir de él, en ese año logro su primera exposición “gracias a la invitación de un cuate”.
En el pasar de los años los premios y reconocimientos han sido muchos pero eso no le importa “no se cuantos sean, no son lo máximo, lo máximo es la satisfacción de hacer las cosas, una pieza aunque no tenga premio, aunque no se venda o lo que sea es mi logro, el premio es delante de la sociedad, no me importa mucho eso no es por soberbio u orgulloso sino que la verdad es mas padre decir esto me gusta a mi y estoy satisfecho con eso”.
Actualmente ya cuenta con dos galerías una en Tlaquepaque y otra en Puerto Vallarta, pero no fue fácil el camino “la galería de tlaquepaque empezó como un cuartito que me ofrecieron, fue cosa de Dios, uno cree que logra y que se propone pero yo recuerdo que regresaba de un viaje y dije ya me la voy a llevar tranquilo, y se aparece un amigo en la puerta me dice que tiene el lugar y que le gustaría para mi, yo dije pues órale y ahí esta, yo no buscaba poner una galería no lo soñaba” ese cuartito hoy en día se convirtió en toda una casa llena de cuadros, esculturas y gordos creados por la mano de Rodo.

Y el futuro…

Sus planes siempre han sido a corto plazo pues esta seguro que todo lo que pasa es por la mano de Dios y no porque uno lo planee “el futuro es muy corto, mi plan a futuro es sacar piezas que me satisfagan y seguir trabajando, tengo dos exposiciones en septiembre y octubre, mejorar mis piezas, tener más expresión, lo principal es seguir gozando y disfrutando con esto, si Dios quiere tengo el plan de poner la segunda galería en un par de meses en Puerto Vallarta.

Y así sin más al despedirnos y abrirse la puerta principal regresamos a la calle de Progreso regresamos a esa calle que es un escondite más de mil historias que faltan por contar…

1 comentario:

triatlonxalixco dijo...

actualiza tu blog...es necesario